La llegada de personas extranjeras, ya sean turistas, trabajadores temporales, migrantes o demás, constituye uno de los vectores críticos mediante los cuales nuevas enfermedades infecciosas pueden introducirse en el territorio nacional. Dado que la República Dominicana es un país de alta exposición internacional por su sector turístico, sus conexiones aéreas y marítimas, y su proximidad geográfica con Haití, los riesgos asociados a pandemias demandan que la inteligencia nacional y los mecanismos de vigilancia fronteriza se fortalezcan. ¿Cuáles serían los costos potenciales y qué mecanismos son necesarios para mitigar dicho riesgo?
La República Dominicana es uno de los destinos turísticos más visitados del Caribe. En 2022 ingresaron al país más de 8.5 millones de turistas, incluidos más de 2.5 millones provenientes de Estados Unidos y Canadá, lo que la convierte en la nación más visitada de la región caribeña (CDC 2023). Este alto flujo internacional acentúa la posibilidad de importar agentes patógenos. Durante emergencias sanitarias globales, la movilidad internacional se ha demostrado como uno de los principales factores de propagación: no solo por el movimiento de personas infectadas, sino por portadores asintomáticos que se desplazan antes de desarrollar síntomas.
Un ejemplo concreto de esta vulnerabilidad se observó al inicio de la pandemia de COVID-19 en la República Dominicana. El primer caso confirmado fue de una persona que había ingresado desde Italia, y otro de un ciudadano canadiense, turistas vacacionando en Bayahibe (Wikipedia 2023a). Este patrón evidencia que los vínculos internacionales, i.e., turismo, viajes de placer o negocios, pueden ser la puerta de entrada para pandemias respiratorias virales, patógenos nuevos o variantes emergentes. La vigilancia de las fronteras (aéreas, marítimas, terrestres) y de los puntos de entrada de personas debe comprender estrategias integrales de detección temprana, cuarentena, rastreo de contactos y normas sanitarias obligatorias.
Además de los riesgos epidemiológicos, existen vulnerabilidades estructurales que agravan el peligro de una pandemia originada por la llegada de extranjeros. El sistema de salud tiene capacidad limitada para responder a brotes súbitos de enfermedades altamente contagiosas, quiere decir, número de camas de cuidados intensivos, concentración de personal médico especializado, escasez de insumos críticos como ventiladores o equipos de protección. Segundo, la densidad poblacional en zonas urbanas como Santo Domingo y Santiago favorece la transmisión comunitaria si no se identifican rápidamente los casos importados. También, la economía informal, presente en ciudades y zonas turísticas, dificulta la implementación de cuarentenas sin causar severos impactos sociales y económicos. Los costos de una pandemia causada o agravada por el ingreso de extranjeros sin control pueden ser múltiples: aumento de casos y muertes, colapso del sistema sanitario, pérdidas económicas por cierres, interrupción del turismo, desempleo masivo, impacto en la imagen internacional del país, disminución de inversiones extranjeras y acumulación de deuda pública si se requieren medidas extraordinarias. Dado que el turismo representa aproximadamente un 11.6 % del Producto Interno Bruto dominicano y es fuente importante de divisas, cualquier afectación al flujo de visitantes puede generar daños macroeconómicos significativos (Wikipedia 2023b).
Por todo ello, es esencial que la inteligencia dominicana (el conjunto de agencias y unidades de vigilancia epidemiológica, migratoria y de seguridad nacional) incluya como prioridad la vigilancia de la entrada de extranjeros con un enfoque preventivo. Esto implicaría varios componentes concretos.
El control sanitario en puntos de entrada: implementación de protocolos obligatorios de salud en aeropuertos, puertos y pasos fronterizos terrestres, tales como monitoreo de temperatura, pruebas diagnósticas (PCR, antígenos), declaración de salud previa al vuelo y cuarentenas obligatorias cuando lo requiera la situación.
La integración de inteligencia epidemiológica y migratoria: coordinación entre autoridades migratorias, salud pública, fuerzas de seguridad y agencias de inteligencia para compartir datos de vuelos, pasajeros, historiales epidemiológicos de regiones de origen, e identificar vuelos o rutas de alto riesgo.
La vigilancia internacional de brotes: mantener monitoreo constante de las alertas sanitarias internacionales, especialmente en los países de los cuales provienen grandes flujos de turistas o migrantes. Si surge un brote nuevo en un país con fuerte conexión con República Dominicana, activar protocolos especiales.
La capacitación, infraestructura y recursos: fortalecer la capacidad de los laboratorios nacionales, mejorar el sistema de atención en salud pública, disponer de equipos y espacios para aislamiento, así como personal entrenado para respuesta rápida. Esto también incluye la mejora de los procedimientos sanitarios en hoteles, resorts y transporte, que son puntos de encuentro entre nacionales y extranjeros.
Las políticas legales y regulaciones claras: etablecer leyes y normativas que permitan imponer medidas sanitarias (vacunaciones, pruebas previas al viaje, cuarentenas), con bases legales robustas y con respeto a los derechos humanos. Además, mecanismos para sancionar incumplimientos sin afectar excesivamente los flujos legítimos de personas.
La comunicación pública transparente y la cooperación internacional: informar claramente a la ciudadanía sobre riesgos y medidas tomadas, y contar con acuerdos con otros países para coordinar protocolos, especialmente en emergencias sanitarias.
La vigilancia de extranjeros no significa adoptar políticas cerradas o xenófobas, sino gestionar la movilidad internacional de forma responsable, balanceando la apertura con la protección sanitaria. En un mundo globalizado, los países no están aislados y el cierre total no siempre es viable ni deseable por sus impactos económicos y sociales. Sin embargo, ignorar la posibilidad de ingreso de enfermedades nuevas o reemergentes a través de visitantes es jugar con fuego. Dada la importancia estratégica del turismo y la conexión internacional de la República Dominicana, los órganos de inteligencia y vigilancia fronteriza deben reconocer que la entrada de extranjeros constituye un vector de riesgo significativo en una pandemia. La prevención activa, mediante control sanitario, inteligencia epidemiológica, fortalecimiento institucional y regulaciones, puede mitigar ese riesgo. No hacerlo, nos traerá consecuencias sanitarias, sociales, económicas y reputacionales graves. Imperativo es que nuestras instituciones incluyan como prioridad la vigilancia proactiva del ingreso de no nacionales, como parte integral de la preparación y respuesta ante futuras pandemias.
Bibliografía
Centers for Disease Control and Prevention. 2023. Dominican Republic | Yellow Book. Atlanta: CDC. https://www.cdc.gov/yellow-book/hcp/americas-caribbean/dominican-republic.html.
Wikipedia. 2023a. COVID-19 Pandemic in the Dominican Republic. Last modified September 10, 2023. https://en.wikipedia.org/wiki/COVID-19_pandemic_in_the_Dominican_Republic.
Wikipedia. 2023b. Tourism in the Dominican Republic. Last modified August 14, 2023. https://en.wikipedia.org/wiki/Tourism_in_the_Dominican_Republic