¿Interfirió Rusia en las Elecciones de 2016?

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La Evaluación de la Comunidad de Inteligencia de EE. UU. (ICA, por sus siglas en inglés) del 6 de enero de 2017, titulada “Evaluación de Actividades e Intenciones Rusas en las Elecciones Recientes de EE. UU.”, ha sido publicada. Como era de esperar, ha provocado una controversia feroz, en gran medida a lo largo de líneas partidistas. El informe concluyó con alta confianza que el presidente ruso Vladimir Putin ordenó una campaña de influencia dirigida a las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2016, con la intención explícita de perjudicar las posibilidades de Hillary Clinton y ayudar a la elección de Donald J. Trump. Revisiones posteriores, incluida la revisión de técnicas analíticas de la Dirección de Análisis (DA) de la CIA de 2025, han examinado ciertos aspectos del trabajo interno del ICA. Sin embargo, no existe evidencia creíble que refute la afirmación fundamental de que los servicios de inteligencia rusos interfirieron. Una revisión exhaustiva de investigaciones oficiales del gobierno de EE. UU., informes independientes y materiales desclasificados respalda la legitimidad de la conclusión principal del ICA.

Esta evaluación se basa en el documento de acceso público, que contiene algunas redacciones importantes (contenido oculto). Dichas redacciones no invalidan el núcleo de la evaluación y existen buenas razones para justificar su exclusión.

Qué Está Oculto (Redactado)

Se han eliminado las posiciones específicas del personal de la CIA, el FBI y la NSA que contribuyeron al ICA o participaron en el debate interno de la Comunidad de Inteligencia. Estos individuos no eran figuras públicas como el Director Brennan o el DNI Clapper, por lo tanto, sus identidades permanecen protegidas por razones de seguridad operativa. Las redacciones incluyen a oficiales de análisis, gestores de centros de misión y coordinadores de nivel medio, cuya participación sería fácilmente identificable por título o contexto. Proteger estos nombres está en consonancia con los procedimientos operativos estándar (SOP) de inteligencia, especialmente en evaluaciones políticas sensibles.

Una redacción central se refiere al informe clasificado de la CIA que fundamentó el juicio “aspiracional” del ICA sobre la preferencia de Putin por Trump. El contenido específico de este informe permanece clasificado debido, probablemente, a que proviene de una fuente HUMINT excepcionalmente sensible o una plataforma técnica de recolección. La revisión de técnicas indica que este informe tuvo una circulación muy limitada, y no fue serializado hasta diciembre de 2016, lo que sugiere que contiene material que comprometería métodos de recolección o expondría a un activo clandestino si se revelara. Algunas secciones hacen referencia a decisiones analíticas de incluir u omitir partes del informe de inteligencia. Las citas directas o resúmenes que sugerían interpretaciones alternativas de la intención de Putin han sido lógicamente excluidos. Estas redacciones reflejan deliberaciones legítimas sobre técnicas de análisis y también contienen material operativo sensible que no es apropiado para divulgación pública, incluyendo fuentes específicas o lenguaje de informes de campo.

Las porciones que discuten la creación por parte de Brennan de una célula de fusión especial y el acceso restringido a materiales de inteligencia omiten palabras clave y nombres de programas relacionados con compartimentos especiales. Esto incluiría nombres de grupos internos de la CIA, niveles de autorización, términos operativos y las identidades de oficiales asignados a dichos proyectos. Estas redacciones preservan la integridad de los protocolos de gestión de información compartimentada y protegen metodologías que aún pueden estar en uso.

Estoy convencido de que se recibieron informes de servicios de inteligencia extranjeros aliados (FIS/FIE). El contenido redactado en este contexto probablemente oculta la nacionalidad, el origen o los métodos de esos colaboradores. Revelar tales detalles violaría acuerdos de confidencialidad de larga data (la “regla de terceros”) y pondría en riesgo la colaboración futura con servicios de inteligencia aliados.

El Núcleo del Asunto

La versión desclasificada del ICA concluyó que los objetivos de Rusia eran “socavar la confianza pública en el proceso democrático de EE. UU., denigrar a la secretaria Clinton y perjudicar su elegibilidad y posible presidencia” y, además, que “Putin y el gobierno ruso desarrollaron una clara preferencia por el presidente electo Trump” (ODNI, 2017). Estas conclusiones fueron respaldadas con “alta confianza” por la CIA, el FBI y la NSA — esta última asignando “confianza moderada” al juicio sobre la aspiración de Putin de ayudar a Trump. El ICA fue el resultado de un esfuerzo coordinado por tres agencias clave de inteligencia, sustentado por una base sólida de información, incluyendo forense cibernético, inteligencia humana (HUMINT) y comunicaciones interceptadas (SIGINT). No fue, como han sugerido algunos medios, basado únicamente en el controvertido expediente Steele, que no se usó para apoyar ningún juicio analítico clave, sino que se incluyó únicamente como un anexo.

La Investigación de Mueller y las Acusaciones del DOJ

La investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la interferencia rusa produjo una sólida corroboración de las conclusiones centrales del ICA. El Informe Mueller, publicado en 2019, concluyó: “El gobierno ruso interfirió en las elecciones presidenciales de 2016 de manera amplia y sistemática” (Mueller, Vol. I, p. 1). Dos componentes principales de esta interferencia fueron identificados:

1.) La Agencia de Investigación en Internet (IRA): una granja de trolls rusa que utilizó cuentas falsas en redes sociales para promover narrativas a favor de Trump y en contra de Clinton, dirigidas a votantes estadounidenses mediante desinformación, división racial y teorías conspirativas.

2.) Operaciones de Inteligencia Militar Rusa (GRU): el GRU llevó a cabo intrusiones cibernéticas contra el Comité Nacional Demócrata (DNC), el Comité de Campaña Demócrata del Congreso (DCCC) y el presidente de campaña de Clinton, John Podesta, robando decenas de miles de correos electrónicos y documentos que luego se filtraron estratégicamente a través de Wikileaks.

Doce oficiales del GRU fueron acusados formalmente por el Departamento de Justicia en julio de 2018 por estas operaciones (DOJ Indictment, 2018), estableciendo el papel directo de la inteligencia militar rusa en el pirateo y la difusión de datos robados con fines políticos. Los detalles forenses de la acusación, incluyendo unidades específicas y servidores utilizados, no dejan lugar a ambigüedades respecto a los perpetradores o sus intenciones.

Informe Bipartidista del Comité de Inteligencia del Senado

El Comité Selecto de Inteligencia del Senado de EE. UU. (SSCI) realizó una investigación bipartidista y de múltiples volúmenes sobre la interferencia rusa, que culminó en un informe final de 966 páginas en agosto de 2020. El comité validó las conclusiones principales del ICA: “El Comité considera que el ICA presenta una base de inteligencia coherente y bien construida para la evaluación de que Putin y el gobierno ruso aspiraban a favorecer las oportunidades electorales del presidente electo Trump” (SSCI, Volumen 5, p. 6). El comité informó que el ICA no fue impulsado políticamente, que se escucharon opiniones disidentes y que las técnicas analíticas fueron sólidas, a pesar del cronograma acelerado. También observó que el gobierno ruso percibía una presidencia de Trump como favorable a los intereses de Moscú, especialmente debido al escepticismo de Trump hacia la OTAN y la alianza transatlántica.

Estrategia de Mensajes y Desinformación Rusa

El análisis de fuentes abiertas sobre la desinformación rusa también respalda la conclusión de que Trump era el candidato preferido. El panel Hamilton 68, mantenido por la Alianza para Asegurar la Democracia, rastreó actividad pro-Kremlin en Twitter y documentó una clara inclinación hacia Trump, junto con la propagación de etiquetas y narrativas contra Clinton y que promovían la desconfianza del electorado.

Los medios estatales rusos como RT y Sputnik mostraron una cobertura marcadamente pro-Trump y difundieron activamente teorías conspirativas sobre la salud de Clinton, la corrupción y los correos del DNC (Brookings Institution, 2017). El contenido y el momento de las filtraciones de Wikileaks fueron sincronizados estratégicamente con momentos clave de la campaña para causar el mayor daño posible a Clinton, como la publicación de los correos de Podesta horas después del escándalo de la cinta de Access Hollywood.

Reevaluación de la Comunidad de Inteligencia en 2025

La Revisión de Técnicas de la CIA de 2025, aunque crítica de algunas anomalías procedimentales, no retractó ni invalidó las conclusiones del ICA. En cambio, afirmó que el juicio “aspiracional” —que Putin quería que ganara Trump— era plausible y respaldado por evidencia creíble, aunque argumentó que el nivel de “alta confianza” debió haber sido “confianza moderada” debido a la dependencia de un único informe altamente clasificado (Tradecraft Review, 2025, p. 6).

Incluso esta crítica declaró explícitamente: “La Revisión de Análisis no cuestiona la calidad ni la credibilidad del informe serializado altamente clasificado de la CIA… La interpretación de los autores del ICA fue la más coherente con la inteligencia bruta”. Por tanto, aunque abogó por normas más estrictas de técnica analítica y una asignación más cautelosa del nivel de confianza, el informe reafirmó que los juicios de inteligencia fundamentales seguían siendo defendibles y bien fundados.

Ninguna entidad del gobierno estadounidense —CIA, NSA, ODNI o el Departamento de Justicia— ha emitido una refutación formal de las conclusiones del ICA de 2017. Aunque las revisiones internas han pedido mayor transparencia y apego a los estándares analíticos, ningún análisis posterior ha ofrecido un juicio alternativo que afirme que Rusia fue neutral o que prefirió a Clinton. De hecho, declaraciones públicas de altos funcionarios durante el mandato de Trump confirman las conclusiones del ICA. El ex Director de Inteligencia Nacional Dan Coats, por ejemplo, declaró en 2018: “Los rusos siguen intentando influir en nuestras elecciones. Las luces de advertencia están en rojo otra vez. La intención de Rusia fue interferir, y fue claramente para perjudicar a Hillary Clinton y ayudar a Donald Trump” (DNI Coats, Foro de Seguridad de Aspen, 2018).

En Resumen

La afirmación de que los servicios de inteligencia rusos interfirieron en las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2016 está respaldada por un cuerpo amplio y coherente de evidencia, proveniente de múltiples investigaciones independientes, bipartidistas y entre agencias. El ICA, el Informe Mueller, las acusaciones del DOJ y las conclusiones del Comité de Inteligencia del Senado convergen en una narrativa clara: que el gobierno ruso emprendió una campaña expansiva para perjudicar a Hillary Clinton y reforzar la candidatura de Trump. Los intentos de desacreditar esta conclusión basados en marcos políticos o interpretaciones selectivas de revisiones posteriores no resisten el peso de la evidencia forense, testimonial y documental. Si bien las revisiones internas de la CIA han examinado correctamente las técnicas empleadas, no revierten el consenso analítico de que Rusia interfirió, y lo hizo en consonancia con la preferencia del Kremlin por Trump.

~ C. Constantin Poindexter, MA en Inteligencia, Certificado de Posgrado en Contrainteligencia, JD, Certificación OSINT CISA/NCISS, Certificación BFFOC del DoD/DoS

Referencias

Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI). (2017). Evaluación de las Actividades e Intenciones Rusas en las Elecciones Recientes de EE. UU.
https://www.dni.gov/files/documents/ICA_2017_01.pdf

Mueller, R. S. (2019). Informe sobre la Investigación de la Interferencia Rusa en las Elecciones Presidenciales de 2016.
https://www.justice.gov/storage/report.pdf

Departamento de Justicia. (2018). Acusación Formal de Oficiales del GRU Ruso por el Ataque al DNC.
https://www.justice.gov/file/1080281/download

Comité Selecto de Inteligencia del Senado de los EE. UU. (2020). Informe sobre las Campañas de Medidas Activas Rusas y la Interferencia en las Elecciones de 2016 en EE. UU., Volumen 5.
https://www.intelligence.senate.gov/sites/default/files/documents/report_volume5.pdf

Dirección de Análisis de la CIA. (2025). Revisión de Técnicas Analíticas sobre la Evaluación de la Comunidad de Inteligencia de 2016 respecto a la Interferencia Electoral Rusa.

Brookings Institution. (2017). La Estrategia del Kremlin: Cobertura Pro-Trump y Desinformación.
https://www.brookings.edu/articles/how-russian-state-media-views-the-2016-election/

Coats, D. (2018). Intervención en el Foro de Seguridad de Aspen.
https://www.c-span.org/video/?448718-1/dan-coats-says-warning-lights-blinking-red-russian-cyberattacks

Duelo y el Operador HUMINT: El Peso Personal de las Operaciones de Inteligencia Clandestina

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El trabajo clandestino, y más específicamente las operaciones de inteligencia humana encubierta (HUMINT), constituyen la forma más exigente desde el punto de vista psicológico y moral del espionaje. Los recolectores de OSINT y “soldados de escritorio” no experimentan el duelo que siente un oficial de inteligencia en campo. Los oficiales de caso, ya sean operativos de los servicios de inteligencia o investigadores encubiertos de las fuerzas castrenses, reclutan, desarrollan, manejan y, en teoría, protegen a sus agentes (denominados “fuentes” o “activos” en el lenguaje de inteligencia, “CIs” en el caso policial), instruyéndolos en las técnicas adecuadas para robar secretos y traicionar a sus colegas sin ser descubiertos. Estas actividades se llevan a cabo habitualmente en zonas denegadas (países autoritarios, territorios controlados por cárteles, etc.). Cuando los agentes operan en estos entornos hóstiles, las apuestas suelen ser “de vida o muerte”. Ser descubierto significa que el activo será torturado, ejecutado, y sus familiares perseguidos y/o igualmente asesinados. A medida que pasan los años de servicio, es casi inevitable que algunos agentes sean comprometidos y perdidos. La carga emocional que soporta el oficial responsable de su supervivencia es profunda, marcada por el duelo, la culpa y una persistente sensación de fracaso moral.

El vínculo humanitario y la inversión psicológica

La clave del éxito como oficial de caso radica en el cultivo de una relación profundamente personal, una estrecha relación con su fuente. Una verdadera amistad basada en la confianza, la empatía y un propósito compartido es imprescindible. Un estudio psicológico sobre la obtención de inteligencia reveló que las estrategias no coercitivas combinadas con la creación de vínculos generan una adquisición de información más rica y precisa, subrayando cuán vital es la conexión emocional para la eficacia y la confianza (Goodman Delahunty et al., 2014). Estos lazos profundamente humanos significan que los oficiales comparten alimentos, confidencias y toman medidas proactivas para proteger a sus agentes. Los vínculos interpersonales resultantes trascienden las promesas profesionales formales. Esta inversión emocional implica que, cuando un agente es capturado, desaparecido, torturado, asesinado (o todo lo anterior), el oficial experimenta no solo un fracaso operativo, sino también una pérdida personal profunda. Carga con la responsabilidad de la seguridad del agente, por lo que cuando todo falla, el oficial de inteligencia sufre invariablemente un sentimiento de culpa personal. La culpa del sobreviviente entre aquellos que “sobreviven” mientras otros perecen está bien documentada en la psicología del trauma (Herman, 1992).

Culpa del sobreviviente y herida moral

La culpa del sobreviviente se refiere a la angustia y al auto-desprecio que sienten quienes sobreviven a alguien cuando desempeñaron un papel sustantivo en el destino de esa persona. En HUMINT, los oficiales sienten que fallaron a los agentes que reclutaron, agentes que confiaron en ellos de forma implícita. Esto coloca a los oficiales en riesgo de sufrir una herida moral, una condición en la que las acciones u omisiones violan su código moral. La pérdida de un agente puede desencadenar una culpa intensa. “Pude haber hecho más.”, “Debí haber detectado el compromiso.”, o “No les protegí como un padre protege a su hijo.”, son castigos emocionales comunes que uno se inflige a sí mismo. Un artículo reciente sobre la pérdida traumática destaca cómo la culpa del sobreviviente puede evolucionar hacia una vergüenza crónica y una rumiación autodestructiva si no se aborda adecuadamente (Robinaugh et al., 2014). Este fenómeno se alinea estrechamente con lo que los oficiales de inteligencia veteranos comparten en informes posteriores a las acciones: culpa agravada por la naturaleza clandestina de su relación con los agentes, donde dicha culpa debe permanecer oculta tras la compostura profesional y juramentos de confidencialidad.

El duelo bajo el manto del secreto

A diferencia de la pérdida de un combatiente jus in bello, las muertes o detenciones de agentes rara vez reciben reconocimiento ni se honran públicamente. No hay pompa fúnebre, ni ceremonias conmemorativas, ni celebración de la vida ni de lo que la fuente aportó. El mundo clandestino no otorga medallas a los agentes que desaparecen. Los oficiales de inteligencia lloran en silencio y aislamiento, con escasas vías oficiales, poco reconocimiento y, a menudo, sin medios prácticos o legales para cuidar a la familia de una fuente. La literatura psicológica destaca el duelo complejo, el duelo no expresado ni reconocido, como factor que impulsa la depresión, el TEPT y manifestaciones físicas de enfermedad (Neria, Nandi y Galea, 2008; Robinaugh et al., 2014). En la HUMINT clandestina, los agentes operan durante años dentro de estrictas normas de oficio, con apoyo cercano de su manejador. Los oficiales de caso que manejan agentes únicos desarrollan vínculos morales y emocionales significativos con ellos. Perder a un agente no es solo un fracaso táctico dentro de las estrategias de recolección de la agencia de inteligencia. Es la muerte de alguien íntimamente conocido y, a veces, también la pérdida de su familia.

Las complejidades morales de la manipulación y la traición

El trabajo HUMINT implica inherentemente manipulación, el cultivo y dirección de individuos que traicionan a sus países o cómplices. No existe una manera elegante de describir esto. Enseñamos a los activos a mentir, robar y llevar vidas dobles peligrosas. Los operadores encubiertos deben ejercer presión emocional, a veces recurrir al engaño, y no infrecuentemente al soborno, “. . . para garantizar lealtad y obediencia” (Lau, 2022). Tal como se informa en Intelligence & National Security, la manipulación es parte del oficio, pero cuando la influencia se convierte en coerción o engaño, surgen dilemas morales. Cuando un agente se pierde, el oficial puede preguntarse, y con frecuencia lo hace: “¿Lo manipulé hacia este desastre? ¿Traicioné mi propio código moral al empujarlo a un peligro extremo?” La investigación advierte que la manipulación psicológica “apunta a modos de pensamiento inconscientes, intuitivos o emocionales, . . . violando la autonomía, la libertad y la dignidad” (Lau, 2022). El reconocimiento propio del operador HUMINT de su participación conlleva a menudo un alto precio emocional.

Formación frente a experiencia operativa

La formación formal en HUMINT enfatiza las técnicas, la seguridad y la gestión de riesgos y recompensas. Los oficiales de inteligencia aprenden protocolos estrictos para reclutar, manejar y terminar con agentes. Las operaciones reales en entornos hostiles introducen variables caóticas e imprevistas. Incluso el oficial más experimentado no puede predecir técnicas novedosas de contrainteligencia, tecnología de vigilancia mejorada o traiciones inesperadas por intermediarios o amenazas internas, . . . características operativas fuera del control del oficial. Como señala un análisis, manejar agentes dobles o triples reduce el control del oficial (Jones, 2014). La misma experiencia que puede hacer de un oficial un gran manejador puede convertirse en una carga, socavando su capacidad de mantener el control, prever peligros para el activo y la operación, y por ende aumentando su sentimiento de responsabilidad personal cuando las cosas salen mal.

Cultura organizacional y atención posterior

Los servicios de inteligencia son deficientes a la hora de normalizar e institucionalizar el procesamiento del duelo en operadores HUMINT. Las agencias analizan el desempeño y los fracasos operativos, pero hacen un trabajo de mierda abordando las consecuencias emocionales. Existe un estigma asociado al duelo y al estrés moral en entornos que valoran la resiliencia y el secreto. En algunos países occidentales, la legislación sobre fuentes encubiertas reconoce que agentes y manejadores cometen delitos para mantener la cobertura y ejecutar operaciones. A pesar de ello, el apoyo emocional y moral para los oficiales que gestionan este tipo de situaciones moralmente complejas sigue siendo dolorosamente limitado. Sin intervenciones como grupos de apoyo entre pares, servicios secretos de bienestar o asesoramiento externo, los oficiales de inteligencia corren el riesgo de agotamiento, entumecimiento emocional y TEPT (Herman, 1992; Feeney y Collins, 2015).

El efecto dominó sobre las familias de los agentes

Cuando un agente está comprometido, las repercusiones suelen extenderse a sus familias. Los FIS (entidades de inteligencia extranjeras) frecuentemente utilizan a las familias de los activos como palanca. Son tratados como cómplices, perseguidos y atacados extrajudicialmente. Los oficiales pueden organizar sistemas para sacar a una familia a salvo, brindar protección física y facilitar nuevas identidades, sin embargo, estos programas no son tan exitosos como se suele suponer. Cuando los agentes mueren, los oficiales suelen sentir que han fallado a toda una familia. Culturalmente, la lealtad de los agentes a menudo surge del deseo de proteger a sus familias. Perder a un agente puede simbolizar el fracaso de ese oficial en proteger a una familia que dependía completamente de sus decisiones acertadas (Feeney y Collins, 2015).

Ética y rendición de cuentas

Académicos como Stephan Lau argumentan que las agencias de inteligencia necesitan marcos pragmáticos para distinguir la influencia legítima de la manipulación perjudicial en operaciones HUMINT (Lau, 2022). Tales modelos ayudan a los oficiales de caso a tomar decisiones fundamentadas en claridad ética en lugar de ambigüedad moral. La orientación ética institucionalizada y las estructuras de rendición de cuentas pueden reducir las decisiones dañinas desde el punto de vista moral y ayudar a los manejadores a procesar la pérdida cuando las operaciones fracasan. Aunque no sea una panacea, la supervisión ética en el reclutamiento, umbrales de coerción y evaluación de riesgos puede reducir la culpa posterior y defender contra la vergüenza corrosiva.

Conclusión

Operando en la intersección de la psicología, la ética y la seguridad nacional, los oficiales de HUMINT experimentan presiones únicas del trabajo clandestino. Reclutan y gestionan a individuos dispuestos a arriesgar sus vidas y las de sus familias por los objetivos de una entidad de inteligencia. La pérdida de tales agentes en entornos hóstiles impone heridas emocionales y morales profundas (Zegart, 2007; Shane, 2015). La culpa del sobreviviente, el duelo y la rumiación sobre los fracasos éticos percibidos son el resultado inevitable. Sin embargo, el bienestar del oficial de caso individual y la resiliencia institucional son bien posibles. Al desarrollar directrices éticas, procesos de reconocimiento del duelo, estructuras de apoyo entre pares e intervenciones de salud mental adaptadas a las realidades clandestinas, las organizaciones HUMINT pueden cuidar de los suyos y honrar los sacrificios de sus activos. Al hacerlo, protegen no solo la eficacia operativa robusta, sino también la humanidad de los profesionales que sirven en las sombras.

~ C. Constantin Poindexter, MA en Inteligencia, Certificado de Posgrado en Contrainteligencia, JD, Certificación OSINT CISA/NCISS, Certificación BFFOC del DoD/DoS

Referencias

Goodman Delahunty, J., O’Brien, K., & Gumbert-Jourjon, T. (2014). Reframing intelligence interviews: Rapport and elicitation. Journal of Investigative Psychology and Offender Profiling, 11(2), 178–192.

Herman, J. L. (1992). Trauma and Recovery: The Aftermath of Violence—from Domestic Abuse to Political Terror. Basic Books.

Jones, S. G. (2014). Covert Action and Counterintelligence in the Cold War and Beyond. RAND Corporation.

Lau, S. (2022). The Good, the Bad, and the Tradecraft: HUMINT and the Ethics of Psychological Manipulation. Intelligence and National Security, 37(6), 895–913.

Neria, Y., Nandi, A., & Galea, S. (2008). Post-traumatic stress disorder following disasters: A systematic review. Psychological Medicine, 38(4), 467–480.

Robinaugh, D. J., LeBlanc, N. J., Vuletich, H. A., & McNally, R. J. (2014). The role of grief-related beliefs in complicated grief: A structural equation model. Behavior Therapy, 45(3), 362–372.

Feeney, B. C., & Collins, N. L. (2015). A new look at social support: A theoretical perspective on thriving through relationships. Personality and Social Psychology Review, 19(2), 113–147.

Shane, S. (2015). Objective Troy: A Terrorist, a President, and the Rise of the Drone. Tim Duggan Books.

UK Parliament. (2019–2021). Briefing Paper: Covert Human Intelligence Sources (Criminal Conduct) Act.

Zegart, A. (2007). Spying Blind: The CIA, the FBI, and the Origins of 9/11. Princeton University Press.

Evaluación de Amenazas de la Agencia de Inteligencia de Defensa 2025, una Revisión Breve

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La Evaluación de Amenazas Mundiales 2025 de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, por sus siglas en inglés) ofrece una visión razonablemente completa de los desafíos globales a la seguridad. Sin embargo, existen ciertas amenazas emergentes que se encuentran subrepresentadas o completamente omitidas. Permítame compartir algunas de mis inquietudes y reflexiones sobre las implicaciones de las mismas para la seguridad nacional de los Estados Unidos. No se trata de una evaluación clasificada, sino de un análisis y opinión fundamentados en inteligencia de fuentes abiertas y criterios expertos.

Amenazas Internas y Vulnerabilidades en Inteligencia Humana

El informe de la DIA pone el énfasis en los adversarios externos. Notablemente, subestima los riesgos que representan las amenazas internas. Un incidente reciente ocurrido dentro de la misma agencia que elaboró el informe 2025 pone de manifiesto esta vulnerabilidad. Nathan Vilas Laatsch, un especialista en tecnología de la información de 28 años, anteriormente empleado por la DIA, fue arrestado el 29 de mayo de 2025 por intentar transmitir información de defensa nacional a un representante del gobierno alemán. Laatsch trabajaba en la División de Amenazas Internas de la DIA y contaba con una autorización de seguridad de nivel ultrasecreto. El arresto fue consecuencia de una investigación del FBI iniciada tras una denuncia en marzo de 2025, que condujo a una operación encubierta en la que un agente del FBI se hizo pasar por funcionario extranjero. Esta violación pone de relieve deficiencias en la contrainteligencia, los protocolos de seguridad interna y los desafíos que implica detectar infiltrados o agentes maliciosos. Herramientas avanzadas como la analítica de comportamiento y los modelos de aprendizaje automático, tales como el deep evidential clustering, muestran potencial para identificar actividades anómalas indicativas de amenazas internas. Desafortunadamente, la integración de estas tecnologías en las agencias que conforman la comunidad de inteligencia sigue siendo peligrosamente inconsistente. Abordar esta deficiencia requiere no solo adoptar tecnología, sino también un cambio cultural hacia una detección interna más robusta y proactiva.

Inteligencia Artificial (IA) y Sistemas Autónomos como Amenazas Emergentes

El rápido desarrollo de la IA y los sistemas autónomos presenta tanto oportunidades como peligros. El informe de la DIA reconoce la proliferación tecnológica; sin embargo, carece de un análisis específico sobre el uso indebido de la IA en la guerra cibernética, el armamento autónomo y la manipulación informativa. Investigaciones académicas recientes proponen establecer un régimen de incidentes relacionados con la IA para monitorear y contrarrestar amenazas derivadas de sistemas de IA avanzados. Entre los trabajos revisados por pares destaca el del Dr. Alejandro Ortega: «Proponemos un régimen de incidentes de IA que ayude a contrarrestar las amenazas a la seguridad nacional derivadas de sistemas de inteligencia artificial… Nuestra ambición es permitir que una agencia gubernamental mantenga una conciencia integral de las amenazas derivadas de la IA y contrarreste rápidamente los riesgos que se generen para la seguridad nacional.» (Ortega, 2025) Marcos como el propuesto por Ortega buscan garantizar que los despliegues de IA no comprometan inadvertidamente la seguridad nacional y sugieren contramedidas eficaces para mitigar riesgos identificados. Dada la naturaleza de doble uso de estas tecnologías, urge establecer políticas integrales que regulen tanto su desarrollo como su posible militarización.

Fenómenos Aéreos No Identificados (UAP) y Seguridad Aeroespacial

Los Fenómenos Aéreos No Identificados (UAP, por sus siglas en inglés) han recibido creciente atención debido a sus posibles implicaciones para la seguridad nacional. El informe de la DIA no aborda este tema en absoluto. Una evaluación de 2021 de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) documentó 144 incidentes UAP, de los cuales 143 quedaron sin explicación. Estas apariciones, frecuentemente cerca de instalaciones militares sensibles, generan preocupación respecto a la soberanía del espacio aéreo y vulnerabilidades en la vigilancia. La falta de comprensión clara sobre los UAP dificulta el desarrollo de contramedidas eficaces. Integrar el análisis de estos fenómenos en las evaluaciones generales de amenazas es esencial para garantizar la seguridad aeroespacial integral. No estoy sugiriendo que la comunidad de inteligencia deba embarcarse en la caza de objetos voladores no identificados (OVNIs), ya que es más probable que estos UAP sean mecanismos de recolección desplegados por servicios de inteligencia extranjeros adversarios. No obstante, dejar el asunto completamente sin tratar resulta cuestionable.

Amenazas Espaciales y Capacidades Antiespacio

El informe de la DIA aborda las capacidades espaciales y antiespacio. No obstante, no ofrece la amplitud ni la profundidad de análisis e interpretación especializada sobre las amenazas en evolución en este ámbito que cabría esperar. Esta omisión resulta sorprendente, dada su relevancia directa para los principales clientes de la DIA. La Evaluación de Amenazas Espaciales 2025 del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) detalla el crecimiento de las capacidades antiespacio de naciones como China y Rusia, incluidas armas antisatélite y tácticas de guerra electrónica. La militarización del espacio representa riesgos GRAVES para las comunicaciones satelitales, los sistemas de navegación y las operaciones de vigilancia. También pone en peligro la anticuada arquitectura del GPS, en la que se apoyan el comercio global y los organismos de seguridad nacional. Asegurar la resiliencia de los activos basados en el espacio requiere no solo avances tecnológicos, sino también normas y acuerdos internacionales que prevengan escaladas en esta nueva frontera.

La Evaluación de Amenazas Mundiales 2025 de la DIA proporciona conocimientos valiosos sobre los desafíos actuales a la seguridad global; sin embargo, la omisión o subrepresentación de amenazas internas, sistemas autónomos y de inteligencia artificial, fenómenos aéreos no identificados y amenazas espaciales integrales indica áreas que requieren atención exhaustiva. Atender estas brechas es crucial para una comprensión holística del panorama de amenazas en evolución y para formular contramedidas eficaces que salvaguarden la seguridad nacional.

~ C. Constantin Poindexter, MA en Inteligencia, Certificado de Posgrado en Contrainteligencia, JD, Certificación OSINT CISA/NCISS, Certificación BFFOC del DoD/DoS

Referencias

Departamento de Justicia. “Empleado del Gobierno de los EE.UU. arrestado por intentar proporcionar información clasificada a gobierno extranjero.” Departamento de Justicia de los EE.UU., 29 de mayo de 2025.
https://www.justice.gov/opa/pr/us-government-employee-arrested-attempting-provide-classified-information-foreign-government.

Nakashima, Ellen, y Devlin Barrett. “Empleado del Pentágono acusado de filtrar secretos a una nación extranjera.” The Washington Post, 30 de mayo de 2025.
https://www.washingtonpost.com/dc-md-va/2025/05/30/dod-classified-document-leak/.

Tucker, Eric. “Departamento de Justicia afirma que empleado del Pentágono intentó entregar información clasificada a gobierno extranjero.” Associated Press, 30 de mayo de 2025.
https://apnews.com/article/e60388df7f4e07a8d8d942d86513b27c.

Ortega, Alejandro. “Propuesta de un régimen de incidentes para rastrear y contrarrestar amenazas a la seguridad nacional planteadas por sistemas de IA.” arXiv preprint, 29 de marzo de 2025.
https://arxiv.org/abs/2503.19887.

Agencia de Inteligencia de Defensa. Declaración para el Acta: Evaluación Mundial de Amenazas. Presentada ante el Comité de Servicios Armados del Senado, marzo de 2025.
https://armedservices.house.gov/uploadedfiles/2025_dia_statement_for_the_record.pdf.

Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). Evaluación de Amenazas Espaciales 2025. Washington, DC: CSIS, 2025.
https://www.csis.org/analysis/space-threat-assessment-2025.

Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI). Evaluación Preliminar: Fenómenos Aéreos No Identificados. Washington, DC: ODNI, 25 de junio de 2021.
https://www.dni.gov/files/ODNI/documents/assessments/Preliminary-Assessment-UAP-20210625.pdf.

Inteligencia de Señales Estratégica China en Cuba: Implicaciones para la Seguridad Nacional de los EE.UU.

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La Inteligencia de Señales (SIGINT, por sus siglas en inglés) constituye una piedra angular de las operaciones modernas de inteligencia, englobando la interceptación y el análisis de comunicaciones y emisiones electrónicas. De hecho, la SIGINT se ha convertido en la principal disciplina “INT” para la recopilación de información altamente sensible por parte de todas las grandes potencias involucradas en espionaje global. A medida que se intensifican las tensiones geopolíticas entre los Estados Unidos y la República Popular China (RPC) y sus aliados, el despliegue estratégico de activos SIGINT representa un grave peligro para la seguridad nacional estadounidense. China ha establecido múltiples instalaciones SIGINT en Cuba, lo cual suscita preocupación sobre las amenazas potenciales para los Estados Unidos y, en efecto, para sus aliados.

Definición y utilidad de la SIGINT
La SIGINT comprende la recolección y el análisis de señales electrónicas con el propósito de obtener inteligencia sobre entidades extranjeras. Se divide en Inteligencia de Comunicaciones (COMINT), centrada en comunicaciones interceptadas, y en Inteligencia Electrónica (ELINT), que se refiere a emisiones electrónicas de dispositivos como radares. La SIGINT ofrece conocimientos fundamentales sobre las capacidades, intenciones y actividades de adversarios, apoyando la toma de decisiones en niveles estratégicos, operativos y tácticos. Permite supervisar movimientos militares, detectar amenazas y proteger intereses nacionales.

La capacidad de China en operaciones SIGINT
China ha desarrollado capacidades SIGINT extensas, consolidándose como un actor formidable en esta disciplina de inteligencia. La RPC opera numerosas estaciones SIGINT terrestres en todo su territorio, incluyendo instalaciones significativas en la isla de Hainan, diseñadas para monitorear actividades navales estadounidenses en el Mar de la China Meridional. Adicionalmente, China ha invertido en sistemas ELINT montados en satélites, ampliando así su alcance global de vigilancia. Claramente, las operaciones SIGINT de China no se limitan a sus fronteras. La RPC ha establecido instalaciones en el extranjero y ha desplegado buques de recolección para monitorear operaciones militares extranjeras. Estos esfuerzos forman parte de una estrategia más amplia para ampliar las capacidades de recolección de inteligencia de China y afirmar su influencia global.

Instalaciones SIGINT chinas en Cuba: superficie de amenaza y alcance geográfico
El establecimiento de instalaciones SIGINT chinas en Cuba representa una maniobra estratégica para mejorar las capacidades de vigilancia en proximidad directa con los Estados Unidos. Informes indican que China opera múltiples sitios SIGINT en la isla, incluyendo instalaciones en Bejucal, Santiago de Cuba y Paseo. Estas instalaciones están equipadas con tecnologías avanzadas, como matrices de antenas dispuestas circularmente (CDAA, por sus siglas en inglés), capaces de interceptar señales a grandes distancias. El sitio de Bejucal, por ejemplo, puede monitorear señales de radio en un rango estimado de entre 3,000 y 8,000 millas, abarcando instalaciones militares clave de EE.UU. e incluso Washington, D.C. La cercanía geográfica de estas instalaciones con el territorio continental estadounidense permite la posible interceptación de comunicaciones sensibles, representando riesgos significativos. La capacidad de monitorear movimientos militares estadounidenses, interrumpir comunicaciones críticas y recolectar inteligencia sobre operaciones de defensa subraya el valor estratégico de estas instalaciones cubanas para el aparato de inteligencia chino. Asimismo, las instalaciones constituyen una amenaza grave para los aliados de inteligencia y defensa de EE.UU. en el Caribe y América Latina.

Medidas de contrainteligencia de EE.UU. para contrarrestar amenazas SIGINT extranjeras
Ante la creciente amenaza que representan las operaciones SIGINT extranjeras, los Estados Unidos han implementado una estrategia de contrainteligencia integral. El Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad (NCSC) lidera los esfuerzos para identificar, engañar, explotar, interrumpir y protegerse contra las actividades de espionaje llevadas a cabo por potencias extranjeras. Medidas adecuadas pueden neutralizar significativamente las amenazas que representan las actividades SIGINT de servicios de inteligencia extranjeros (FIS) chinos y reducir los peligros para la integridad de las operaciones de inteligencia y defensa estadounidenses, a saber:

Vigilancia y monitoreo mejorados
Estados Unidos emplea un conjunto integrado de sistemas terrestres, aéreos, marítimos y espaciales para detectar y rastrear esfuerzos hostiles de recolección de inteligencia, incluyendo plataformas SIGINT posicionadas cerca del territorio estadounidense. Estaciones de monitoreo terrestres operadas por la NSA y otras agencias asociadas utilizan sistemas altamente sensibles de radiogoniometría y análisis de frecuencias para identificar emisiones electromagnéticas anómalas, correlacionando a menudo dichas señales con firmas adversarias conocidas catalogadas en bases de datos ELINT clasificadas. Plataformas aéreas y UAVs equipados con cargas útiles hiperespectrales y de vigilancia electrónica patrullan los perímetros marítimos, particularmente en el Golfo de México y el Caribe.

Los programas del Departamento de Defensa, como los que operan bajo mecanismos de Programas de Acceso Especial (SAPs), permiten la geolocalización de antenas de recolección extranjeras y la triangulación de puestos de escucha sospechosos. La asignación de Medios Técnicos Nacionales (NTM), incluyendo satélites SIGINT (como la serie Advanced Orion/Trumpet), se ajusta en respuesta a amenazas emergentes. Asimismo, las operaciones de engaño electromagnético (EMDEP) que emiten señales señuelo pueden saturar y/o confundir a los recolectores chinos operando desde plataformas offshore o bases en Cuba.

Iniciativas en ciberseguridad
La estrategia de ciberseguridad de EE.UU., ejecutada por la Dirección de Ciberseguridad de la NSA, el Comando Cibernético de EE.UU. (USCYBERCOM) y el Departamento de Seguridad Nacional, se centra en posturas operativas tanto defensivas como ofensivas. Entre los mecanismos defensivos se incluyen arquitecturas de “confianza cero” para sistemas federales, la implementación de módulos de raíz de confianza por hardware (p. ej., módulos TPM), y sistemas de detección de intrusos habilitados por inteligencia artificial (IDS) capaces de analizar volúmenes masivos de telemetría de red en busca de señales de comando y control (C2), indicativas de amenazas persistentes avanzadas (APT) extranjeras.
Las operaciones estadounidenses realizadas bajo los Títulos 10 y 50 permiten el despliegue de equipos “hunt-forward”, unidades cibernéticas especializadas enviadas a naciones asociadas para observar en tiempo real las tácticas, técnicas y procedimientos (TTP) de adversarios. Estos equipos reportan sus hallazgos a centros de fusión como el Centro de Operaciones de Amenazas de la NSA (NTOC). Simultáneamente, iniciativas del tipo Proyecto RAVEN y campañas de denegación de señales apuntan a nodos de recolección adversarios mediante interrupción cibernética, empleando ocasionalmente malware polimórfico o sabotaje de firmware dirigido a la infraestructura de recolección china o sus troyanos de acceso remoto (RATs).

Compromisos diplomáticos
Estados Unidos utiliza una gama de mecanismos bilaterales y multilaterales para limitar la penetración de inteligencia adversaria. Bilateralmente, acuerdos de intercambio de inteligencia como la alianza “Five Eyes”, la Empresa de Inteligencia de Defensa y asociaciones regionales (como el Grupo Interinstitucional Conjunto del Sur) permiten la supervisión coordinada de la actividad SIGINT china. El caso cubano es particular, ya que la diplomacia formal simplemente no existe en ningún sentido significativo. Por ende, los canales diplomáticos alternativos a través de terceros neutrales y la presión mediante la Organización de Estados Americanos (OEA) son mecanismos apropiados para disuadir a Cuba de invitar presencia militar extranjera e infraestructura de doble uso.
El Departamento de Estado incorpora enlaces de inteligencia y seguridad en sus embajadas para colaborar con los servicios de seguridad internos de las naciones anfitrionas. Estos agregados asisten en contrarrestar operaciones de influencia y la inversión extranjera directa en sectores críticos de telecomunicaciones (por ejemplo, nodos 5G vinculados a Huawei), que podrían funcionar como habilitadores SIGINT encubiertos. Programas de asistencia exterior como la Iniciativa Internacional de Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL) también pueden utilizarse para fortalecer las capacidades de contrainteligencia de aliados en la República Dominicana, América Central y América del Sur.

Acciones legislativas
El Congreso ha promulgado un conjunto de instrumentos legislativos dirigidos a mitigar los riesgos de inteligencia extranjera. Estos incluyen la Ley de Modernización de la Revisión de Riesgos de Inversión Extranjera (FIRRMA), que amplió la jurisdicción del CFIUS para examinar adquisiciones chinas de empresas tecnológicas estadounidenses. Otras disposiciones bajo las Leyes de Autorización de Inteligencia han asignado fondos clasificados para la expansión de plataformas de contrainteligencia orientadas al Ministerio de Seguridad del Estado (MSS) chino y la Fuerza de Apoyo Estratégico del Ejército Popular de Liberación (PLASSF). Asimismo, la Ley de Redes de Comunicaciones Seguras y Confiables exige la eliminación de equipos de alto riesgo (como hardware de Huawei y ZTE) de los sistemas federales y de contratistas. Sanciones específicas bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) también se han utilizado para denegar privilegios de exportación y acceso financiero a empresas chinas que respaldan la infraestructura de vigilancia global de Beijing. Es imperativo implementar nuevas iniciativas que refuercen estos esfuerzos.

El despliegue de instalaciones SIGINT chinas en Cuba constituye una peligrosa expansión de las capacidades de inteligencia de China, impactando directamente la seguridad nacional de los Estados Unidos. La cercanía de estas instalaciones al territorio continental estadounidense aumenta su potencial para interceptar comunicaciones sensibles y monitorear actividades militares. En ausencia de cooperación por parte del gobierno cubano, los esfuerzos de contrainteligencia destinados a detectar, disuadir y neutralizar amenazas de FIS chinos deben evolucionar para abordar una capacidad de espionaje, subversión y/o sabotaje en el “entorno próximo”. A medida que cambian las dinámicas del poder global, en gran parte debido a los esfuerzos de la RPC por reconfigurar el orden internacional en función de sus necesidades estratégicas, las sólidas capacidades SIGINT propias y las medidas de contrainteligencia vigilantes siguen siendo métodos esenciales para hacer frente al paradigma “Cuba como plataforma de espionaje de la RPC”.

~ C. Constantin Poindexter, MA en Inteligencia, Certificado de Posgrado en Contrainteligencia, JD, Certificación OSINT CISA/NCISS, Certificación BFFOC del DoD/DoS

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Consorcio de Datos de la Comunidad de Inteligencia: OSINT, Equilibrando la Seguridad Nacional y las Libertades Civiles

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La Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI, por sus siglas en inglés) ha presentado planes para el Consorcio de Datos de la Comunidad de Inteligencia (ICDC, por sus siglas en inglés), una plataforma centralizada diseñada para agilizar la adquisición de información comercialmente disponible (CAI) por parte de la Comunidad de Inteligencia. Esta iniciativa busca mejorar la accesibilidad y eficiencia de los datos en toda la Comunidad. No obstante, el ICDC ha generado un debate de corte tradicional, similar al que rodea la FISA, respecto a sus implicaciones para los derechos de privacidad de los ciudadanos estadounidenses y el posible deterioro de las protecciones constitucionales.

Comprendiendo la Iniciativa ICDC

El ICDC representa un esfuerzo coordinado por parte de la comunidad de inteligencia estadounidense para modernizar y centralizar la adquisición de CAI. Según los documentos oficiales de licitación, el ICDC se concibe como un “mercado para consultar e interactuar con los archivos de los proveedores”, con énfasis en un objetivo arquitectónico de “cero copias”, lo que significa que los datos se consultarán directamente en los sistemas de los proveedores en lugar de copiarse a servidores gubernamentales. Este enfoque pretende reducir la duplicación de datos y mejorar la eficiencia operativa. La plataforma está diseñada para operar completamente a nivel de computación no clasificada, permaneciendo toda su actividad en ese nivel. Ofrecerá múltiples opciones de interacción con los datos, incluyendo búsqueda a través de interfaces gráficas o web (GUI/WUI), llamadas API, acceso a datos en bloque y opciones de inicio de sesión en portales web externos. Se destaca el uso de código abierto y la adhesión a estándares de la industria como las especificaciones OpenAPI, a fin de garantizar flexibilidad y evitar la dependencia de un único proveedor.

Peligros Potenciales para Ciudadanos Inocentes

Si bien el ICDC tiene como objetivo mejorar las operaciones de inteligencia, plantea serias preocupaciones respecto a la privacidad de ciudadanos inocentes.

La amplitud de la recopilación de datos es problemática. La recolección masiva de información sobre personas completamente libres de sospecha o interés por parte de la Comunidad de Inteligencia es el proverbial elefante en la habitación. El ICDC facilita el acceso a cantidades inmensas de datos personales, incluidos registros de ubicación, información biométrica y actividades en línea, sin la necesidad de autorizaciones legales tradicionales, como las otorgadas por el Tribunal FISA. Esta recolección expansiva probablemente incluirá información sobre personas que no se encuentran bajo ninguna sospecha, constituyendo una clara violación de la privacidad.

La falta de transparencia y supervisión es casi tan preocupante como la propia actividad. La naturaleza centralizada del ICDC oculta de forma efectiva el tipo, alcance y profundidad de las actividades de adquisición de datos. Sin mecanismos de supervisión sólidos, existe un alto riesgo de uso indebido y extralimitaciones por parte de los organismos que componen la Comunidad de Inteligencia. Esto constituye, nuevamente, una posible violación de los derechos ciudadanos.

La adquisición incontrolada de CAI erosionará las protecciones establecidas por la Cuarta Enmienda. La investigación profunda de personas estadounidenses sin órdenes judiciales o aprobaciones legales desafía las protecciones que dicha enmienda otorga contra registros e incautaciones irrazonables. Las operaciones del ICDC sientan un precedente que permite eludir estas salvaguardas constitucionales.

Existe un alto potencial de abuso. La consolidación de datos personales en una plataforma centralizada incrementa el riesgo de accesos no autorizados y mal uso. En ausencia de estrictos controles de acceso y mecanismos de auditoría, aumenta significativamente la probabilidad de abuso de información sensible.

Equilibrio entre la Seguridad Nacional y las Protecciones Constitucionales

La justificación principal del ICDC es el fortalecimiento de la seguridad nacional mediante la mejora de las capacidades de inteligencia. Sus defensores argumentan que el acceso simplificado a la CAI permite una detección y respuesta más eficaz ante amenazas. No obstante, esto debe equilibrarse con los derechos fundamentales consagrados en la Constitución. La Cuarta Enmienda funciona como un control esencial del poder gubernamental, garantizando que los ciudadanos estén protegidos contra intromisiones injustificadas en su vida privada. El enfoque del ICDC hacia la adquisición de datos elude los procesos legales tradicionales y, por tanto, representa una amenaza significativa a dichas protecciones. Además, el potencial de desviación de misión genera inquietudes graves sobre las implicaciones a largo plazo para las libertades civiles. Sin límites claros y supervisión efectiva, el ICDC podría convertirse en una herramienta de vigilancia omnipresente, minando la confianza pública en las instituciones gubernamentales. El Panóptico habrá llegado.

Protección de la Privacidad

Si bien existen peligros, también hay medidas de control que pueden mitigar los riesgos asociados al ICDC. El establecimiento de marcos legales claros es un buen punto de partida. La legislación debe definir el alcance y las limitaciones de las actividades de recolección de datos, asegurando que se ajusten a las protecciones constitucionales y los derechos de privacidad. Se deben instaurar mecanismos de supervisión sólidos, similares a los que rigen bajo la FISA. Órganos de supervisión independientes deben estar facultados para monitorear las operaciones del ICDC, realizar auditorías y hacer cumplir el cumplimiento de los estándares legales y éticos. La transparencia debe ser la norma rectora. La comunidad de inteligencia debe estar obligada a emitir informes periódicos sobre las actividades de adquisición de datos, incluyendo los tipos de datos recopilados, los fines para los que se utilizan y las salvaguardas implementadas para proteger la privacidad. Dichos informes pueden y deben servir como base para entablar un diálogo con organizaciones de la sociedad civil, defensores de la privacidad y el público en general. La apertura en este aspecto fomentará un discurso más informado sobre el equilibrio entre seguridad nacional y los derechos de las personas y grupos afectados por la actividad OSINT.

El Consorcio de Datos de la Comunidad de Inteligencia representa un cambio significativo en la forma en la cual la comunidad de inteligencia estadounidense accede y utiliza la información comercialmente disponible. Si bien ofrece beneficios potenciales para la seguridad nacional, también conlleva riesgos sustanciales para la privacidad y los derechos constitucionales de los ciudadanos estadounidenses. Para garantizar que la búsqueda de seguridad no se realice a costa de las libertades civiles, es imperativo establecer marcos legales claros, supervisión rigurosa y prácticas transparentes que respeten los principios de una sociedad democrática.

~ C. Constantin Poindexter, MA en Inteligencia, Cert. de Posgrado en Contrainteligencia, JD, CISA/Cert. OSINT de NCISS, BFFOC del DoD/DoS

Referencias

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